¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta la forma en que una persona piensa, siente y maneja sus actividades diarias. No se trata simplemente de sentirse triste o desmotivado ocasionalmente, sino de una condición persistente que puede interferir en la vida cotidiana y en el bienestar general.
Síntomas principales de la depresión
Los síntomas de la depresión pueden variar en cada persona, pero suelen incluir:
🔹 Emocionales: Tristeza profunda, pérdida de interés en actividades que antes resultaban placenteras, sentimientos de desesperanza o inutilidad.
🔹 Cognitivos: Dificultad para concentrarse, pensamientos negativos recurrentes, autocrítica excesiva e incluso ideas suicidas en casos graves.
🔹 Físicos: Fatiga constante, alteraciones en el sueño (insomnio o dormir en exceso), cambios en el apetito y dolores físicos sin causa aparente.
🔹 Conductuales: Aislamiento social, falta de motivación para realizar tareas diarias y disminución del rendimiento en el trabajo o los estudios.
¿Qué causa la depresión?
La depresión no tiene una única causa, sino que es el resultado de la interacción de diversos factores:
✔ Factores biológicos: Desequilibrios en neurotransmisores como la serotonina y la dopamina.
✔ Factores genéticos: Antecedentes familiares pueden aumentar la predisposición.
✔ Factores psicológicos: Estrés, traumas o experiencias difíciles.
✔ Factores ambientales: Problemas en el entorno social, laboral o familiar.
¿Cómo puede ayudar la terapia psicológica?
La terapia psicológica es una de las herramientas más efectivas para tratar la depresión. A través del acompañamiento de un profesional de la salud mental, las personas pueden comprender mejor su condición, identificar sus desencadenantes y desarrollar estrategias para afrontarla.
Cuando tenemos sintomatología depresiva, es probable que diferentes situaciones las interpretemos de una forma disfuncional; nos auto culpemos más, tengamos pensamientos de un corte mas catastrofista, sintamos que somos incapaces de realizar cosas que antes hacíamos con facilidad etc. La terapia Cognitivo-conductual ayuda a identificar estos patrones de pensamiento, modificarlos por otros más adaptativos y a y a fomentar cambios en la conducta que permitan recuperar el interés y la motivación por las actividades diarias.